
Todo lo puede y todo lo abarca, porque desde hace ya unos años, esa predisposición a suplantar al profesional en asuntos domésticos o artesanos, ha trascendido también al mundo empresarial, en concreto de la comunicación.
Si no, que se lo digan a los periodistas, fotógrafos, a los redactores publicitarios, diseñadores, decoradores, incluso a los técnicos informáticos, realizadores audiovisuales... profesiones de antaño, porque hoy
todos hacemos de todo.
Y no porque nos haya invadido un espíritu renacentista como a pequeños leonardos, sino que ahora todo vale, sobre todo si es más barato o gratis, y además tenemos
acceso a un volumen de información como nunca habíamos tenido.
Acceso para aprender observando qué hacen otros, acceso a herramientas antes sólo en manos de expertos, y acceso al “corta y pega”, a la copia, al calco y al plagio.
Así que es una tentación el caer en el bricolaje, sobre todo después de haber tenido alguna experiencia negativa, causada bien por algún profesional poco cualificado o con pocas ganas de rematar decentemente un trabajo, o bien por el sobreprecio que pagábamos en épocas recientes sin rechistar.
No todos los trabajos hechos por uno mismo acaban como los
arreglos dentales de Mr. Bean. El último anuncio de
Idealista presume de haber sido concebido en la propia casa, sin agencia de publicidad por medio (negocio de antaño), contando únicamente con una productora, eso sí, que acaba dándole ese aire cutre que ahora llamamos “fresco”.
El resultado a algunos les podrá parecer de dudoso gusto, como a los programadores de las cadenas de televisión que han decidido que se
emborrone o vele en los pases anteriores a las 22:00, contribuyendo sin querer a crear más notoriedad, pero lo cierto es que ha conseguido con creces su objetivo:
viralidad por cuatro duros.
Leer la continuación del artículo:
El “Hágalo usted mismo” que todo lo puede. Parte II
[…] de sus productos, o un mejor servicio postventa como en el ejemplo del coche averiado. El hágalo usted mismo que todo lo […]
[…] hemos hablado, en las entradas anteriores a esta tercera y última parte, de las situaciones que casi nos obligan a prescindir de los […]
[…] contra de lo que pudiera deducirse al leer la primera parte, pienso que el trabajo amateur puede llegar a ser […]
Para garantizar la calidad de los trabajos y evitar las chapuzas, habría que pedir para muchas profesiones que le gente se inscriba en un registro y reuna unos mínimos.Si no, estamos condenados al TODO VALE.
El concepto de experto cualificado ya ha pasado a la historia. Todos hacemos de todo y claro…mal