Gracias a las diferentes tipografías que nos rodean actualmente tenemos una inmensa cantidad de opciones a la hora de crear textos (documentos, cartelería, logos, páginas web…). Cada fuente se ha diseñado buscando unos fines concretos y de acuerdo a esos fines tiene la morfología que tiene. Es importante saber esto a la hora de escoger la fuente que vayamos a utilizar para cualquier cosa.
Para meternos en contexto
Las serifas son los remates o pequeños adornos que suelen tener en los extremos determinadas tipografías. Fuentes como Times New Roman o Georgia son fuentes con serifa. En el polo opuesto tenemos las fuentes sin serifa o sans serif que son aquellas que no tienen estos remates.
El uso de fuentes con serifa siempre ha sido destacado en la maquetación de libros o textos muy largos, donde proporcionan al lector facilidad para entender las líneas como bloques y no perderse en la lectura.
Sin embargo, el uso de fuentes sin serifa está más vinculado al ámbito web, cartelería o diseño de logos, por la facilidad de comprensión de las letras.
Así nació Comic Sans
Hace ya 22 años, en 1994, Vincent Connare se inspiró en cómics para esbozar una nueva fuente, la Comic Sans. El objetivo de esa fuente era ser utilizada en «Microsoft Bob», una aplicación de escritorio con una interfaz divertida que se controlaba mediante un simpático perrito llamado Rover que ayudaba al usuario y hablaba mediante bocadillos de cómic. Sin embargo, aunque al final no se utilizó la fuente para la aplicación, sí que se incluyó en el catálogo tipográfico de Windows 95 y a partir de ahí empezó su difusión a través del mundo.
¿Por qué no usar Comic Sans en ámbitos profesionales?
- No es una tipografía diseñada para uso profesional y formal, sino que busca más bien una aplicación desenfadada.
- Esta fuente está diseñada para textos breves, de no más de 5 líneas.
- La morfología de la fuente es muy irregular y algunas letras realmente parecen escritas por niños pequeños.
- Comic Sans genera una experiencia no placentera para el lector, pues la mala gestión de su peso junto con el trazo no modulado, afectan gravemente a la legibilidad.
- Comic Sans tiene una distancia entre caracteres (kerning) pobre, lo que dificulta su lectura.
La guerra contra Comic Sans
Como conclusión a las razones objetivas expuestas anteriormente, yo evitaría el uso de esta fuente salvo en contadas situaciones. En mi caso, en alguna ocasión he tenido que vérmelas con textos muy largos escritos en esta fuente y no es algo cómodo para la vista, al margen de que sea formalmente adecuado o inadecuado.
Sin embargo, esta fuente parece ser uno de esos clichés que sólo puede ser amado u odiado, sin un punto medio. Debido a esto se han generado polémicas e incluso colectivos de personas a favor de la fuente y en contra de su utilización.
Por citar algunos casos curiosos, hay un enfrentamiento constante entre defensores de Comic Sans y defensores de Helvetica.
Y, cómo no, también los partidarios del uso de Comic Sans han hecho cosas tan curiosas como este blog donde crean reconstrucciones de logos famosos utilizando Comic Sans para demostrar la versatilidad de esta fuente.
En cualquier caso, en mi opinión, todo tiene un tiempo y un lugar. Donde hay que ser formales hay que ser formales, y en ambientes más informales o personales cada uno puede hacer lo que le plazca. ¿Conocíais la controversia provocada por esta fuente? ¿Qué opináis al respecto?
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