El “Hágalo usted mismo” que todo lo puede. Parte II.

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En contra de lo que pudiera deducirse al leer la primera parte, pienso que el trabajo amateur puede llegar a ser bueno.

Con frecuencia, el no experto plantea una solución desde otro punto de vista, oculto tras la rutina y desidia del «profesional». Sabemos que no siempre se da aquello de “amar lo que se hace”, y que a veces tratamos de quitarnos de encima cuanto antes determinada tarea, sin que nos preocupe mucho el resultado final.

Casi siempre la actitud con “ce”, pesa más que la aptitud en el trabajo bien hecho. En esta entrevista el profesor Víctor Küppers resuelve el dilema mediante la fórmula (C+H)A, donde la valía profesional de un individuo es igual a conocimiento mas habilidades, todo multiplicado por la actitud.

Creo que hay otro factor que nos ha llevado a este momento en el que todos hacemos de todo: el abuso en tiempos de bonanza, cuando el “todo vale” no estaba tan relacionado con la calidad del trabajo (como ahora), sino con la cantidad a pagar. Los clientes de esos profesionales del mundo de la comunicación mencionados la semana pasada, pagaban sin rechistar viajes, dietas y caterings de cuantas personas hiciera falta para el trabajo más nimio. El cliente aceptaba todo ese dispendio conscientemente, y a menudo participaba de esos extras.

Alguno que haya leído el libro Gnandelos, de Ralph del Valle, podría pensar que me quedo corto, pero intuyo que describe situaciones que afortunadamente yo no he vivido.

Peor es cuando el desparrame lo practican políticos con dinero público, aunque esto tampoco preocupaba en exceso cuando parecía que era una época de vacas gordas, aunque fueran hinchadas con anabolizantes. Eso lo podemos dejar para la tercera y última parte del “Hágalo usted mismo”, que tampoco es cuestión de aburrir.

 

Leer la continuación del artículo:
El “Hágalo usted mismo” que todo lo puede. Parte III

3 Comments:

  1. Cuántas veces se echa en falta la frescura y la implicación de los amateurs. Y creo que esto afecta a cualquier disciplina. Aunque siempre hay que valorar muy bien la variable «C» de la fórmula descrita en el artículo, no sea que por pagar menos a priori, nos salga caro.
    Enhorabuena por el artículo, y ¡ya estamos esperando la tercera parte!

  2. Interesante reflexión. Un factor añadido es que se pierde el horizonte del medio plazo. El que para que un cliente vuelva, le tienes que dar calidad y servicio, y conseguir que quede contento. Si sólo miras el corto plazo, vamos al «tente mientras cobro». Y el futuro, Dios dirá !!! Y así estamos.

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